Se parecen pero cada uno consta de un sindrome distinto, con antecedentes diferentes y tratamientos propios. Los delirios son ideas poderosas a veces irracionales de las cuales el paciente está convencido. Muy bien estructurada, la historia es verosímil y las ideas a veces creíbles. Forman parte del trastorno delirante crónico del cual ya tenemos un esquema en una entrada anterior. El delirium no es otra cosa que el muy común estado confusional agudo, presentándose en pacientes hospitalizados, aumentado el riesgo de aparición cuando se le ata o amarra a la cama, con amnesia, irritabilidad y a veces mucha agresividad. El tratamiento será con un antipsicótico. Finalmente el delirium tremens propio de la abstinencia del alcohol. Al eliminar el agente depresor perpetuo que es esta sustancia, el SNC rebota funcionando a su máxima capacidad por aumento de neurotransmisores excitatorios, produciendo un cuadro alucinatorio que puede llegar a progresar a convulsiones y ser mortal en el 15%. 3 nombres parecidos, 3 sindromes totalmente distintos.
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Muy común, también conocido como "TAG", el acrónimo de está patología, resulta en un estado ansioso constante, que tiene consecuencias BIO-PSICO-SOCIALES, afectando a la persona globalmente. El paciente no solamente padece una ansiedad y preocupación constante, crónica, sino que esta termina afectándole fisicamente. La tensión resulta en contracturas musculares, dolores de cabeza y somatizaciones, llevándole a consultas médicas continuas, sin reconocer necesariamente que requiere atención su salud mental. El continuo malestar le lleva a anticipar lo peor, a ideas a veces delirantes de que lo malo siempre es lo que va a ocurrir, iniciándose con frecuencia círculos viciosos de ansiedad y precoupación. Esto, por supuesto, termina afectando a quienes le rodean, pues el continuo negativismo, hipersensibilidad y estado hiperalerta resulta en malos entendidos, conflictos y limitaciones en las relaciones interpersonales. El Dr. Iván Lerma en sus clases, recuerdo muy bien, le llamaba a la enfermedad "la mamá pesada", que he tratado de resumir en el anterior esquema.
Si los nervios funcionan como el cableado que lleva los estímulos al centro de mando, el cerebro, funciona como el decodificador de estas señales que sin él fueran confusas e ininterpretables. De las cosas más curiosas en medicina son las paradojas que existen cuando este gran decodificador sufre desperfectos. Técnicamente, si golpeáramos la corteza cerebro con los dedos con un flck, la sensación vendría a nivel corporal al cual esa parte de la corteza representa, por ejemplo, los pies, o los brazos. Una lesión a nivel cortical occipital, donde está el centro decodificador de la visión no deja al paciente sin vista... o si? Pues técnicamente el paciente es ciego, pues no es demostrable que tiene una visión funcional adecuada, pero los ojos están intactos y todo el cableado también. El problema es que el la maquina decodificadora no funciona entonces el paciente no sabe o no reconoce lo que está viendo, y peor aún, no entiende y no acepta que está ciego. Mediante aquello que se denomina "confabulación", está descrito que el paciente, aunque evidentemente ciego (no mira obstáculos, no lee correctamente lo presentado en su frente), jura y vuelve a jurar que puede ver, y se comporta y actúa como un vidente: Camina por su casa, sale a trotar, y lamentablemente se tropieza y tiene accidentes por aventurarse bajo tan paradójica condición. Quién sabe, si pudiera se subiría a un auto y lo aceleraría a máxima velocidad, aunque en algún momento podría terminar volando por los aires o empotrado en un árbol.
En el construct, Morpheus le pregunta a Neo:
"Qué es la realidad? Cómo definimos la realidad? Si hablas de lo que puedes ver, oír, oler y sentir, entonces realidad son sólo impulsos eléctricos interpretados por tu cerebro". Es la famosa pregunta del líder de la resistencia humana en The Matrix (1999) para ilustrar que una hegemonía de máquinas controlan a las personas enviándoles señales a sus cerebros para fabricar una realidad virtual. Aunque de ciencia ficción, permite poner en contexto lo siguiente: Y si el cerebro es el que falla interpretando las señales? A veces el decodificador de señales es el que falla y lo interpretado del exterior queda distorsionado o modificado. A veces el aparato, quizá con algún desperfecto, realiza la labor de interpretar señales que no existen, y el resultado es la percepción de un objeto que no está. Es, en efecto, un trastorno de la percepción de la realidad. Ejemplos de esto son escuchar cosas o voces que no suenan (lo más común), ver cosas que no hay o sentir cosas que no están en contacto con nosotros. La importancia de ellas es que dan idea del posible diagnóstico del paciente. Para motivos prácticos de estudio previo un examen u opsición recordar 3 tipos importantes de trastornos, enlistados en la anterior galería de esquemas: Alucinosis, pseudoalucinación y alucinaciones verdaderas. Para definir y entender a mayor detalle estos 3 diferenciales consultar el siempre interesante y revelador blog del Dr. Iván Lerma en su entrada: "Sobre Alucinaciones, PseudoAlucinaciones y Alucinosis". Según la literatura, es difícil poder realmente distinguir de alucinaciones las historias que puede contarnos un paciente delirante crónico, pues sus historias son verosímiles y sistematizadas. No hablan de elefantes rosas, ni de haber visto a Godzilla, sino de su interpretación de lo que sucede en el mundo, dentro de un marco donde todo es posible. Describen que les persiguen, que alguien los busca, y que desean hacerles daño, o están convencidos que los OVNI son extraterrestres y estas criaturas están en efecto entre nosotros! El delirio crónico, como lo dice el nombre, se va desarrollando a lo largo del tiempo, pero a su vez, se fortalece y se vuelve tan sólido que una de las cosas más difíciles es poder convencer al paciente de su enfermedad. Es esta la razón por la cual un paciente delirante crónico no sigue regularmente el tratamiento. Sin embargo, es necesario recalcar que muchos de estos pacientes estan bien adaptados a la sociedad, y se cuestiona si un tratamiento es necesario. Tan cierto es esto, que estas ideas delirantes y "paranoicas" son compartidas y aceptadas por otros individuos, que deciden emprender un viaje conjunto en el cual una acción determinada es realizada en base a la creencia en cuestión: Campañas contra el control del gobierno, estar alerta ante cualquier tipo de persecución, ser vigilantes con la comida que compramos a ver si es cierto lo que ofrecen, etc. Esto a su vez levanta preguntas muy polémicas. Es un predicador que dice curar al prójimo alguien con poderes divinos? Un embaucador? O alguien que delira? El delirio es, por lo tanto, sincero, escapa del concepto tradicional de "mentira". La complejidad permite problematizar el debate a infinitos niveles.
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